Personaje ejemplar del
Mes
Ciudad del Niño Barcelona Venezuela
Marzo 2016
Simón de Cirene
Llamado también El Cirineo fue, según los evangelios de Marcos , Mateo y Lucas, la persona que fue obligada a llevar la cruz de Jesús hasta el Gólgota, donde luego sería crucificado. Se dice que "venía del campo", y en el evangelio de Marcos se hace referencia a él como "padre de Alejandro y de Rufo".
Su ciudad de origen, Cirene, estaba situada en el norte de África. Según la tradición, sus hijos Rufo y Alejandro se hicieron misioneros. El hecho de que se mencione sus nombres sugiere que pudo tratarse de personajes relevantes en el cristianismo primitivo. Simón pasaba por las cercanías de Jerusalén y se encontró con Jesús cargando con la Cruz salvadora, abrumado por el peso, allí los soldados le dijeron que ayudara a cargar la pesada Cruz de Jesús. Venía del campo y pasaba por aquel lugar situado fuera ya de las murallas de la ciudad y próximo al montículo del Calvario. El hecho de llamarle cirineo indica que debía proceder de esta región del Norte de África, aunque fuese judío. Cabe que estuviese en Jerusalén de paso, o en peregrinación por la Pascua, o viviese establemente allí después de haber vivido un tiempo fuera. Los nombres de sus hijos, Alejandro y Rufo, revelan procedencia griega y latina respectivamente. Simón acaba de tener un encuentro con la Cruz de Cristo, una Cruz que era la Salvación del mundo; él no lo sabía, pero aquel encuentro, fastidioso al principio, fue el comienzo de su salvación. No sabemos lo que se dirían durante la ascensión, pero seguro que Jesús agradecería al Padre por aliviarle la carga y enviarle a Simón, el escogido para ello. La oración de Jesús por Simón, su compañero de carga tronaría en el cielo. ...Abba, Padre, dale fuerzas a Simón, para que Yo pueda cumplir tu obra, y dale fe para que crea en la obra de Tu Hijo, guárdale para mi Reino.
Simón de Cirene es una figura de todos nosotros, con los que Jesús comparte Su obra, con quienes Jesús se hace nuestro compañero de sufrimientos y victorias en la vida, en la muerte y en la resurrección. Llevar la cruz de Cristo significa llevar Su testimonio, predicar el Evangelio, ser la sal de la tierra y la luz del mundo, proclamar Su obra entre los hombres, hablar en los lugares y circunstancias en los que nadie habla de Dios sino de las vanidades y del lucro. Simón de Cirene, simboliza nuestra vida junto a Cristo para Su gloria, no porque nos obligue la religión, sino por amor a Él y a aquellos que Él amó y por los que murió. Es un acercamiento a la presencia del Señor en el Camino al triunfo eterno del Señor. Es caminar el camino de la cruz, la que debía haber sido nuestra ascensión para ser condenados, y que en nuestro lugar se ofreció Él. Todo parece casual en aquel encuentro con Cristo y su Cruz. Casual es su presencia en la ciudad, casual es su paso por aquel lugar, casual es que le fuercen a llevar la Cruz del Señor. Pero aquellas circunstancias “casuales” son ocasión de una transformación profunda en aquel hombre y sirvieron para estar junto al mismo Dios y obtener la Salvación.
Y así también Dios nos viene a cada uno de nosotros al encuentro día a día, en circunstancias que nosotros consideramos “casualidades” y nos pide que nos desviemos del camino que nosotros habíamos trazado y le ayudemos a cargar Su cruz, a socorrer a un hermano, a realizar una obra, a cumplir una labor, a brindar una ayuda, día a día nos pide que lo ayudemos en Su misión de salvar al mundo. Él no puede hacerlo sin nosotros. Y se apoya sobre personas inadvertidas, inesperadas, dispuestas y voluntariosas como tu y como yo para cumplir Su obra redentora en el mundo.
Que Dios te bendiga en tu esfuerzo de cada día y te brinde la fortaleza como a Simón de Cirene para llegar hasta el final ayudando a Cristo a cumplir Su Misión.
“Gracias Hijo Mío por tu rendición…Amorosamente… Dios”.
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